Este es otro de los temas estelares de la iconografía cristiana. La adoración de los reyes magos, ha sido pintada infinidad de ocasiones, por la importancia que se le otorgó al tema: el reconocimiento de la realeza de Jesús, a quienes otros reyes rinden pleitesía, llevando ofrendas hasta el humilde lugar de su nacimiento. Esta composición sigue una iconografía repetida en innumerables ocasiones. Posiblemente el origen sea una estampa de Rubens, a la que algunos pintores siguieron fielmente, como en este caso. Las modificaciones son mínimas y se refieren especialmente a San José a quien el arte novohispano relegó en este tipo de escenas. Hay que señalar la riqueza de las texturas de las telas, así como el colorido y movimiento de la escena.