Es difícil pensar en la posible innovación de una escena que tiene dos personajes obligados y un necesario rigor ortodoxo. Sin embargo, en esta pintura se puede ver la forma en que los pintores coloniales combinaban lo tradicional con formas más audaces. La Virgen María está arrodillada frente al atril con las manos en el pecho y la cabeza baja en una tradición que se puede seguir durante siglos. En cambio, el ángel que aparece en un banco de nubes, tiene la postura tradicional de los brazos señalando con una de las manos hacia el cielo donde está el Espíritu Santo. Pero el pintor está intentando una pose un poco más arriesgada, que le dé dinamismo a una composición que intrínsecamente es un momento detenido.
Observaciones del bien mueble
Algunos de los cuadros de la serie están firmados por José de Alcibar y por la relación estilística existente, se extiende la atribución. 0954