A los cuarenta días de haber resucitado Jesucristo, congregó a sus Apóstoles, a las santas mujeres e infinidad de sus discípulos en el Monte de los Olivos; ahí después de darles las últimas recomendaciones y enviarlos a predicar su evangelio, se despidió de ellos. De repente, se fue elevando hacia la altura, con su propio poder. Una nube le fue cubriendo mientras se elevaba. Los Apóstoles y toda la multitud de sus discípulos le fueron siguiendo con la vista mientras se perdía entre las nubes. Ninguno podía creer que ya no le iban a volver a ver, hasta que ellos mismos subieran al cielo. Continuaban absortos, extasiados, con los ojos clavados en lo alto, hasta que unos ángeles se les aparecieron y rompieron su éxtasis, diciéndoles: "Varones de Galilea, ¿por qué estáis mirando al cielo?. Este Jesús, que vosotros se ha subido al cielo, vendrá de la misma suerte que le acabáis de ver subir allá".
Observaciones del bien mueble
EN MALAS CONDICIONES. PRESENTA RASPADURAS Y REQUIERE RESTAURACIÓN.