La coronación de San José

Descripción del bien mueble

La composición de este cuadro organiza la escena en dos secciones. La primera, en la parte superior, ocurre en el ámbito celeste y es sin duda la de mayor importancia. En ella vemos a San José, vestido de túnica verde con manto rojo, inclinarse hacia adelante para recibir de las manos de Cristo niño su cetro florido y una corona. El niño, de túnica blanca, manto rojo, coronado con potencias parece descender de las alturas. Tres arcángeles, parados detrás de San José, atestiguan el acto de coronación.
En la sección inferior, unos angelitos revolotean entre nubes llevando consigo una guirnalda de flores. En la esquina inferior izquierda vemos al donante: un hombre de mediana edad y cabello oscuro, que junta las manos frente al pecho en señal de oración, a la vez que mira hacia el espectador.
La iconografía de este cuadro de La coronación de San José, tema poco común, adquiere significación y una gran connotación política dentro del contexto novohispano. En primer lugar, por haber sido jurado como patrono de la Nueva España en 1555, pero además, por la construcción ideológica que llevó a San José a ser reconocido como Virrey de la Nueva España, parangonándolo con su homónimo José, Virrey de Egipto. Gracias a la intercesión del patriarca San José, los gobernantes de la Nueva España podían tomar decisiones sabias y guiar al reino salvándolo de las calamidades como pestes, sequías o inundaciones, al igual que el otro José había salvado a Egipto. En esta tónica, podemos interpretar esta imagen como Cristo invistiendo a su padre putativo con el manto rojo, la corona imperial y el cetro florido que le corresponden como virrey de las Indias.
Bibliografía: Jaime Cuadriello, "San José en tierra de gentiles: ministro de Egipto y virrey de las Indias", en: Memoria, México, MUNAL, p. 11.