Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los hermanos predicadores o dominicos, nació en Calahorra, Logroño en 1170 y murió en Bolónia en 1221, después de haber pasado la mayor parte de su vida predicando en Francia e Italia.
La escena plasmada es conocida como Lactación de Santo Domingo en la que se presenta en un ámbito celestial a la Virgen cuando hace saltar hasta los labios del santo, algunas gotas de leche como regalo maternal, para reconfortarle por la extraordinarias penitencias a que se sometía en la cueva de Segovia, misma que también se observa en un ángulo de esta obra.
El santo viste hábito blanco y negro de los dominicos, símbolo de pureza y austeridad y está rodeado por las Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad representadas como unas doncellas.
El perro con la antorcha ardiente en el hocico, símbolo de los Dominicos (Domini canis) observa la escena.