Dentro de un arco de medio punto pintado sobre el muro, se desarrolla la escena en la que la Muerte, representada como un esqueleto aún con músculos adheridos a los huesos y sosteniendo en la mano izquierda una guadaña para segar, dialoga con un religioso agustino que lleva tonsura monacal y viste el hábito negro. Remata el medio punto una girnalda floral en negativo sobre negro.
Es un recordatorio de la brevedad de la vida y la proximidad de la muerte. Esta pintura se localiza en el interior de lo que fue un confesionario durante el siglo XVI en el lado correspondiente al confesor, quiza, su finalidad fuera gravar la conciencia del sacerdote sobre la importancia del sacramento y el sigilo sacramental.
Observaciones del bien mueble
*Ordinariamente la pintura mural que se conserva del siglo XVI se le considera fresco, lo que resulta ciertamente lo más probable, sin embargo esto no se puede aseverar sin el respaldo de analisis previos.
