"Esta obra es de bulto redondo, lo que significa que se puede ver en todos los ángulos, pero el punto de vista preferente es el frontal.
La Virgen María, joven, bella y piadosa cuyas vestiduras, túnica y manto en dos tonos diferentes de azul, se expanden con numerosos pliegues, sostiene en sus piernas a Cristo muerto tras la Crucifixión, semidesnudo y con corona de espinas y que, intencionadamente, aparenta mayor edad que la Madre. Se trata de representar el ideal de belleza y juventud, una Madre eternamente joven y bella. En la parte posterior se observa una cruz con la inscripción latina INRI y las imágenes se apoyan sobre una base trapezoidal de color verde con frente dorado."