En esta iglesia hay varias pinturas de Cristóbal de Villalpando. Esta, que representa la Presentación de la Virgen en el templo, tiene las grandezas y debilidades propias de este pintor. Los problemas de dibujo y de construcción de la perspectiva son notables. Las figuras de san Joaquín y santa Ana quienes se encuentran al pie de la escalera, tienen proporciones gigantescas. A su lado, la pequeña María que está subiendo la escalera, resulta insignificante. ¿Qué decir del sacerdote que está esperándola con los brazos abiertos? Su desproporción es evidente. Frente a esta debilidad en la construcción del espacio, Villalpando deslumbra con su pincelada amplia, abierta, suelta, con su colorido brillante, con la forma de pintar las texturas y las calidades que sabe darle a los rostros. Esto hace a la pintura valiosa.
Observaciones del bien mueble
Firmado en ángulo inferior derecho: "Villalpando".