En el centro de la composicón se desarrolla la escena principal: María sobre dos grandes cubiertas de flores, se arrodilla humildemente frente al sacerdote que la recibe sentado, con los brazos abiertos. En el costado derecho alguien sostiene un cirio y al costado izquierdo se ve a dos ancianos, Joaquín y Ana, viendo la escena. El tratamiento es de claroscuro, con zonas más luminosas como la cara de la Virgen. De todos modos, el manejo de la luz es arbitrario, pero convincente.