Es un traslado bastante literal de la famosa pintura de Bartolomé Murillo. San José, la Virgen y el Niño se encuentran en el taller de carpintería y todo tiene un sabor familiar e íntimo. Jesús se apoya con confianza sobre las piernas de José, mientras juega con un perrito que se encuentra frente al grupo. A los pies de la Virgen María se encuentra un cesto de costura, lo que refuerza el sentido de intimidad familiar.