Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000381-000097-000
Número de Cédula
97
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
La Transverberación de Santa Teresa
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santa Clara
Estudio Monográfico
Nombre del Inmueble
Santa Clara
Autor
Anónimo
Época
s. XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Pintura en la que se observa a una monja vestida con el hábito carmelita identificada como Santa Teresa de Ávila o de Jesús, se encuentra de rodillas, rodeada de dos ángeles que le descubren su corazón inflamado; tiene los brazos extendidos y la mirada hacia lo alto, viendo a un ángel que sostiene una lanza que le atraviesa el corazón. Nace Teresa en Ávila el 28 de marzo de 1515. Reformadora de los carmelitas descalzos y fundadora de treinta y dos conventos en España. Escritora de la más alta inspiración mística, muere en 1582 y es canonizada en 1622. Pablo VI la declaró Doctora de la Iglesia, reconociendo el título que ya le había dado la tradición popular y se había plasmado en el arte al ponerle el birrete doctoral como atributo sobre su cabeza. Se conoce un retrato de la Santa pintado al natural por fray Juan de la Miseria. En él se le representa vistiendo hábito pardo, capa blanca y toca negra, junto a su cabeza la representación en forma de paloma del Espíritu Santo, de acuerdo con esta pintura se le representa a Teresa siempre vestida así y además con otros atributos como son: crucifijo, libro, pluma y tintero como escritora, birrete doctoral. Otras escenas representadas frecuentemente son las de sus visiones místicas entre la que destaca la de la Transverberación, en la que un ángel traspasa su corazón con un dardo ardiente, como es este caso, Santa Teresa nos dejó el siguiente relato sobre el fenómeno de la transverberación: "Vi a mi lado a un ángel que se hallaba a mi izquierda, en forma humana. Confieso que no estoy acostumbrada a ver tales cosas, excepto en muy raras ocasiones. Aunque con frecuencia me acontece ver a los ángeles, se trata de visiones intelectuales, como las que he referido más arriba . . . El ángel era de corta estatura y muy hermoso; su rostro estaba encendido como si fuese uno de los ángeles más altos que son todo fuego. Debía ser uno de los que llamamos querubines . . . Llevaba en la mano una larga espada de oro, cuya punta parecía un ascua encendida. Me parecía que por momentos hundía la espada en mi corazón y me traspasaba las entrañas y, cuando sacaba la espada, me parecía que las entrañas se me escapaban con ella y me sentía arder en el más grande amor de Dios. El dolor era tan intenso, que me hacía gemir, pero al mismo tiempo, la dulcedumbre de aquella pena excesiva era tan extraordinaria, que no hubiese yo querido verme libre de ella. El anhelo de Teresa de morir pronto para unirse con Dios, estaba templado por el deseo que la inflamaba de sufrir por su amor. A este propósito escribió: "La única razón que encuentro para vivir, es sufrir y eso es lo único que pido para mí". Según reveló la autopsia en el cadáver de la santa, había en su corazón la cicatriz de una herida larga y profunda.
Observaciones del bien mueble
Sin Información
Materiales constitutivos
Tela, Pintura
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
2.2
Ancho 1
1.8
Profundidad 1
0