La pintura ha sido restaurada por el taller de Guanajuato, Patrimonio de la Humanidad, A.C. en Junio de 1996. El marco con que está colgada, elaborado con madera de cedro entintada y con filos de hoja de oro, data de esa misma fecha. Se sabe que esta pintura fue un regalo hecho a Nicolás Noroña, jesuita del Colegio de Guanajuato a mediados del siglo XVIII.