El cuadro representa la imagen de la Virgen de pie, sobre tronos y nubes, vestida con su túnica blanca ceñida a la cintura y un manto azul que la cubre desde su cabeza, sobre la que también dos pequeños ángeles coronandola. La Virgen con su mano derecha sostiene a un hombre que parece salir de las fauces llenas de fuego de un monstruo. En su mano izquierda lleva al Niño y a su lado aparece la imagen de un ángel arrodillado que le ofrece un cesto de pequeñas flamas. Al fondo, a ambos lados de la Virgen, aparecen entre las nubes cinco querubines.