Pintura de forma rectangular en la que está representada la Virgen María al centro del lienzo, vestida con túnica blanca y manto azul, parada sobre una esfera azul que representa al mundo y un dragón de siete cabezas. Está rodeada por ángeles que portan sus símbolos. A la derecha abajo, está San Juan Evangelista en la isla de Patmos, donde se supone que escribió el Apocalípsis, en la parte superior al centro se encuentra al Padre Eterno, vestido de rojo bendiciendo a la Virgen, con su esfera azul en la mano izquierda. El cuadro tiene un marco moldurado, dorado y magnificamente cincelado, decorado con tallas doradas al centro de cada lado y en las esquinas.
Observaciones del bien mueble
No tiene firma ni inscripciones, similar en factura y en tamaño a una pintura que representa el Tránsito de San José y que tiene una inscripción que identifica al donante y da cuenta de la fecha.
Materiales constitutivos
Lino, Cola de Conejo, Blanco de España, Rojo Almagre, Pigmentos al óleo