Los franciscanos tuvieron muchos mártires entre los frailes que participaron en los distintos movimientos evangelizadores. Estos dos no están identificados y lo único que se puede saber es que fueron condenados a ser quemados vivos, pues a sus pies se ve el fuego. La actitud de ambos es tranquila, como quien sabe aceptar el sufrimiento. El fondo es liso y las figuras de los frailes se recortan contra él de manera brusca.