Dirigiendo su mirada al suelo, con los brazos extendidos hacia abajo y abiertas sus manos como queriendo mostrarlos, la figura lleva una aura metálica rodeada de estrellas. Vestida con ropaje elaborado en diferentes clases de textiles y confeccionada con los colores tradicionales, la virgen lleva sobre su cabeza un manto bordado. Se destaca en la escultura su larga cabellera natural.