Posiblemente éste sea uno de los milagros más conocidos del santo, cuando mostró una custodia a un mulo y éste se arrodilló a adorar a Cristo. De esta manera convenció al amo del animal de la presencia auténtica de Cristo en la hostia. No hay que olvidar que la polémica de la transustanciación estaba en pleno auge y que este tipo de milagros van enfocados hacia esa reflexión. En el cuadro se ve al santo vestido con hábito sobre el que tiene puesto sobrepelliz. Lleva la custodia y va bajo palio, acompañado por otros franciscanos. Frente a él, está el mulo arrodillado, mientras dos hombres observan el hecho milagroso con amplio gesto de admiración.
Observaciones del bien mueble
Inscripción en margen inferior: "Hizo San Antonio que un mulo adorase la hostia consagrada, con lo que convenció a un herege sacramentario". 0961.