La pintura representa el momento en que la Virgen María recién nacida es presentada a San Joaquín su padre, ya anciano.
Santa Ana recostada en el lecho despues del parto es atendida por una doncella.
Esta escena no es escena evangelica, sino un pasaje plasmado por la imaginación de los artistas conforme a la tradición.
El remate y la relación temática con la pintura de la cédula anterior, permite suponer que formaban parte de un retablo.