El Nazareno se representa de pie en posición poco común, fijo a la tabla inferior. El rostro de rasgos orientales tiene ojos de vidrio. El cráneo rapado y pintado se cubre con una peluca de cabello natural. Sus manos se unen al frente, atados, ya que el brazo derecho está roto. La corona es de tejido de ixtle. El carneado ha perdido parte de color y se muestra avejentado. El cuerpo es desproporcionado y la figura alargada representa talla indígena, el rostro pálido con tintes verdosos, chorreando sangre, con grandes orejas y ojos de vidrio. Los labios entreabiertos dejando ver los dientes, parte integramente de la talla.
Observaciones del bien mueble
Atan uno de sus brazos roto (derecho) al otro en buen estado.