La peana está decorada con un querubín policromado sobre un fondo de decoración de formas vegetales y rocallas. Hacia el fondo, la talla recuerda la forma de la mandorla de Virgen de Guadalupe, ya que tiene tallado un arco ojival con secciones, similares a los resplandores. Por la ubicación en la composición del retablo y por estos elementos, aquí se advierte la ausencia de una escultura, seguramente la Virgen de Guadalupe. El nicho cierra en una especie de dosel, también de madera.
Observaciones del bien mueble
Aquí colocan la imagen principal, ahora en la Sacristía por estar en proceso de restauración.