Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-003729-000059-000
Número de Cédula
59
Tipo de objeto (texto)
Escultura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Nuestra Señora de la asunción de Santa María la Redonda
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
La Natividad de Santa María
Autor
Anónimo
Época
S. XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Se trata de una escultura que copia la talla de la imagen que actualmente se venera en el templo de Santa María la Redonda en la ciudad de México.
La escultura original, siguiendo la descripción de Cabrera y Quintero, es "de estatura casi la natural de una mujer, su actitud la que se puede imaginar de María Santísima, triunfante de la muerte, reina coronada al empíreo, con la palma de su triunfo hacia el pecho, puestas sobre él las manos, sopesada de serafines, la cabeza y los ojos al cielo, como centro de sus tiernos suspiros".
La leyenda piadosa, a pesar de que ha sufrido variaciones en su contenido a través del tiempo, comienza relatando que fray Rodrigo de Zequera, comisario general de la Provincia de San Francisco en Nueva España, al regresar a Europa envió a la Iglesia de Santa María la Redonda el rostro y manos de la Imagen en una cajilla. Ésta se entregó a una india cacica que se había ofrecido a costear la fábrica de la efigie.
El Zodiaco Mariano (1755) narró con claridad y detalle el resto del portento: "habiendo buscado excelentes escultores, les prometió pagarles liberal y generosamente si salía a satisfacción suya y de los religiosos la escultura. Ellos trabajaron algunos días formando el cuerpo de la estatua de la materia que llaman pasta, que se hace del corazón de cierto género de cañas, atendiendo en esto a que quedase más ligera, y estando la obra todavía muy imperfecta, la pusieron en un aposento bien cerrado y guardáronla por algunos días mientras la materia se secaba. Al cabo de ellos, entrando en el aposento, hallaron la estatua perfectamente acabada, como hoy está: quedando todos persuadidos que no hombres sino ángeles habían sido los artífices de una hermosura y gallardía de cuerpo tan admirable."
El P. Vetancurt menciona que la india encontró en un aposento de su casa a tres oficiales, quienes se ofrecieron a realizarla. A los pocos días fue a visitar el taller y no halló a los artífices, pero sí la Imagen ya acabada de talla entera, con el rostro encorzado y los ojos hacia el cielo, dando a entender la Oficina Celestial de donde provenía. Por su parte, Cayetano de Cabrera y Quintero considera mínima la averiguación de Vetancurt, y se cuestiona si los celestiales artífices también le hicieron el rostro y manos, o solo le adjuntaron al cuerpo lo que se había traído de España. Así mismo se pregunta si originalmente la escultura estaba realizada en pasta y milagrosamente mudó de materia convirtiéndose así en una imagen de talla en madera.
Observaciones del bien mueble
Según información del sacristán, la obra presidía el altar mayor hace 25 años.
La palma que lleva y la corona que ciñe son actuales. Tiene peluca y los ojos son de vidrio.
Materiales constitutivos
Madera, Pintura, Hoja de Oro
Técnica de manufactura
Tallada, Policromada
Alto 1
1.5
Ancho 1
0.5
Profundidad 1
0