Pintura en la que se representa a la Virgen María hincada sobre un cojín café, con la mirada triste hacia el suelo. Las manos juntas, al frente, con los dedos entrelazados, en señal de aflicción. Viste como si se tratara de una monja con hábito y toca blanca y un manto (que le cubre la cabeza a manera de velo) negro, ornamentado con estrellas y vistas doradas. Al frente, sobre el hábito, lleva un rosario con terminación en cruz griega. El manto se anuda en moño al frente y a la altura de las rodillas. Sobre la cabeza tiene un resplandor que indica ser de metal (por el manejo de las texturas), con rayos flamantes y lisos combinados. Al frente de la imagen, sobre el piso, hay dos floreros con diversos tipos de flores de colores, tres clavos y una corona de espinas (éstos últimos son símbolos de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo). Se trata de una imagen alusiva a Nuestra Señora de la Soledad, la cual se encuentra enmarcada por cortinaje ocre-naranja con motivos fitomorfos estilizados.
SEDUE, Acercamiento a la Iconografía Novohispana, 1988, pp. 23.
Observaciones del bien mueble
Se localiza en el área de bancas, con marco de madera. Presenta algunas roturas.
