La Virgen del Carmen aparece ataviada con la túnica y el manto con los colores blanco y marrón de la orden del mismo nombre, orden a la que perteneció esta iglesia de monjas. El ropaje de la virgen es riquísimo, bellamente bordado en hilos de oro. Sobre el pecho lleva el escudo de la orden y tanto ella como el Niño Jesús llevan en sus manos escapularios. La imagen además, lleva cetro y corona, como símbolos máximos del poder real. La imagen está parada sobre un banco de nubes con querubines y se ve una media luna a sus pies.