Es una pintura Guadalupana que no niega sus orígenes barrocos, sobre todo en las representaciones de las esceneas de las cuatro esquinas que se encuentran en tarjas roleadas de diseño asimétrico. Guirnaldas de rosas flanquean la imagen de la Virgen logrando una buena composición que rompe el tradicionalismo estático de los lienzos Guadalupanos. En la parte inferior de la tela se nota claramente que está rasgada, posiblemente perteneció a otro retablo, ya que el marco es más reciente. En la parte al centro se lee un nombre, posiblemente sea "Maria".
Observaciones del bien mueble
El barniz está oxidado opacado la temática, el lienzo está ligeramente suelto. Ocupa la calle central del altar principal.