Representación de una figura femenina que viste un hábito blanco, toca blanca y velo negro, con la mano derecha sostiene una cruz y a sus espaldas está cargando un yugo, esta pintura simboliza la Obediencia. La obediencia consiste en subyugar los propios apetitos sometiéndolos de modo espontáneo a la voluntad de los otros. El crucifijo y el hábito religioso son signos evidentes de que, por amor a la religión, es siempre la obediencia recomendable, según Cesare Ripa. En cuanto al yugo con la inscripción viene del lema de Cristo cuando dijo: Iugum deum suave est, que quiere decir: Mi yugo es suave; refiriéndose de este modo a la obediencia que debían observar sus seguidores respecto de sus legítimos Vicarios.
Observaciones del bien mueble
En la parte inferior se observa la inscripción: OBEDIENCIA. En la parte correspondiente al yugo se observa la inscripción: Jugum me um suave. La pintura está adherida al muro de un luneto. La pintura se atribuye a Padilla.