Encuadrado en medio de dos columnas de base estriada y tercio plateresco rematado en un capitel más que corintio de flor desplegada de proporción netamente popular, y un friso manierista de tablero liso, con dos huecos que indican que estaba fijado a algún elemento estructural, el padre creador con largas barbas y cabello partido al centro, lacio, echado hacia atrás levanta la mano derecha para bendecir a los fieles, aunque le faltan los dedos índice y central.
La mano izquierda sostiene el mundo dividido por una cinta en el ecuador y carente de la cruz que lo remataba, viste túnica pendiente del cuello y manto cruzado sobre la cintura. Ha perdido casi totalmente el color, quedando el estuco aparente.
Es una suerte que se haya librado de la destrucción que sufrió tanto la base como la parte superior del altar principal, que debió ser espléndido.
Observaciones del bien mueble
Perteneció al remate central del altar de la Magdalena. Hoy está en el cancel del sotocoro.