La Liturgia anterior al Concilio Vaticano II, tenía formas complicadas al requerir que la ropa sagrada, así como los objetos para la celebración eucarística, fueran del mismo material, textura y color. Por esta razón encontramos, ya en desuso, palias de distintos colores que forman parte del juego de capas pluviales, estolas, roquetes y casullas.