El patrocinio de San Agustín sobre su orden parece iniciar desde la portería la representación del cenobio, que se presenta en la Sala Profundis, que es el espacio contiguo. A los lados del obispo patriarca, que cubre con su manto a los frailes, se inicia esa proliferación de eremitas mendicantes, van y vienen por toda la escena. Es una lástima que la lacería de la bóveda y los frisos se hallen repintados en épocas pasadas.