La portada presenta un gran número de pérdidas del material especialmente en cornisamentos y esculturas; del mismo modo se empiezan a acumular algunas excretas de ave doméstica. Es muy posible que esta portada haya sido colocada al inmueble en la segunda mitad del siglo XVIII, en sustitución de otra anterior y de diseño más primitivo; puesto que la estructura del templo data de fines del siglo XVII.