Se representa en esta imagen un pasaje evangélico, cuando Jesús niño es presentado por sus padres en el Templo y reconocido como Mesías o Salvador por Simeón y Ana.
Simeón esta vestido como sacerdote del Antiguo Testamento, en sus ropas se aprecian los ojos que simbolizan a Dios Todopoderoso. Ana aparece como una mujer anciana, por detrás de San José, caracterizado por su vara florida.
La Virgen María aparece en primer plano.
El remate ochavado y la relación temática con las pinturas 1, 2, permite suponer que formaban parte del retablo que ahora esta dedicado a Jesús Nazareno.