Puerta de madera de cedro tallada con herrajes de hierro forjado, realizada en forma rectangular con remate de arco de gola. Está decorada con elementos marianos: la azucena, objeto que aparece en muchas escenas de la vida de la Virgen, como la Anunciación, también es la flor inmaculada; el ciprés aparece como la gran flama ascendiendo al cielo -casi siempre va acompañado por la palma-, y simboliza la victoria del Cristianismo. Se utiliza como atributo de los mártires cristianos, así como símbolo de la Virgen Inmaculada: en el lecho de su muerte y durante la Huida a Egipto.
Observaciones del bien mueble
Se localiza en el Retablo de la Virgen de Guadalupe. Clausurada a finales del siglo XIX; daba acceso a lo que hoy es la Capilla de Ánimas, aún tiene restos de pintura y de hoja de oro.
