Púlpito de madera con una decoración bastante sobria de estilo ecléctico. Tiene ocho escalones cubiertos con un barandal decorado con figuras mixtilíneas y florales (flor de lis) labradas en la misma madera y sobrepuestas. La planta del púlpito es octagonal, en el pretil o antepecho encontramos las mismas decoraciones que se presentan a lo largo de la escalera.
En las iglesias cristinas del siglo IV ya existe un lugar elevado para la lectura y la proclamación de la Palabra de Dios, donde debían subir el diácono y el lector.
Los primeros documentos de carácter disciplinar (Concilio de Laodicea, año 371) subrayan la prohibición de subir al ambón o púlpito a todo aquel que no hubiera sido oficialmente designado. En su origen debían hacerse de madera, y por esta razón los más antiguos no han llegado hasta nosotros.
La función principal del ambón fue la proclamación de la Palabra de Dios, de las lecturas del Antiguo Testamento, de las Epístolas o de los Hechos de los Apóstoles, de los Salmos y del Evangelio.
Según los antiguos testimonios, el púlpito podía tener varios niveles, dependiendo de la lectura; realizado con una estructura parecida a una torre, podía estar rematado con un cimborrio o tornavoz, y por lo general tenía dos escaleras, una que miraba al este y la otra encarada al oeste, orientadas tal como se hacía simbólicamente la planta de la iglesia. Estaba situado fuera del espacio del presbiterio, del lado derecho respecto al altar. En sus últimas apariciones aparece siempre adosado a la pared lateral derecha y con una sola escalera.
El tornavoz es de madera en forma de bonete octagonal con decoraciones labradas o cresterías mixtilíneas y flores de lis. La base es de madera. El tornavoz está dispuesto para que repercuta el sonido y se oiga mejor.
Observaciones del bien mueble
El púlpito tiene algunos faltantes de decoración y roturas de los elementos que lo adornan.El tornavoz también tiene faltantes de decoración y roturas en las cresterías que lo adornan.
