Se trata de un púlpito de columna con pedestal de fuste liso y planta hexagonal. Cada cara está decorada con un panel rectangular dentro del cual encontramos un altorrelieve similar al tronco de un árbol que remata en dos volutas a cada lado. En el tornavoz encontramos una pintura del Espíritu Santo en forma de una paloma. El púlpito es una plataforma elevada o tribuna que se sitúa próximo al altar, generalmente adosado a una columna o soporte de la nave del templo, desde el cual se predicaba el evangelio, están compuestos por pretil y tornavoz. Los púlpitos se utilizaron en las primitivas iglesias o basílicas llamándose también ambón. A esta estructura se subía por escaleras laterales. El tornavoz es un elemento adicional que se utiliza desde el siglo XVI. Actualmente se usan poco, pues las normas litúrgicas vigentes recomiendan que la homilía, como parte integrante de la Misa, se diga desde el presbiterio.