Retablo neoclásico con cuatro columnas de fuste liso y capitel jónico, que enmarcan un nicho alargado que remata en medio punto.
Las columnas soportan un friso con motivos vegetales en dorado y una cornisa muy eleborada. Arriba de la cornisa, un fronton roto da paso a una nube con rayos en dorado. Esta nube simboliza a la divinidad o a Dios Padre a "quien nadie ha visto".
Por encima del nicho hay unos motivos decorativos vegetales en dorado, que flanquean una cartela que dice INRI ( Iesus Nazarenus Rex Iudeorum, Jesús Nazareno Rey de los Judios) lo que permite suponer que originariamente no era un retablo destinado a una advocación mariana, de tan poco arraigo local, sino a una imagen de Jesucristo.