Este retablo conserva una policromia que convina armonicamente el color azul, el rojo y el verde con el oro de hoja. El tono verde simula ser marmol veteado. Las columnas que enmarcan el nicho son estriadas y con un pronunciado éntasis, Esta profusamente decorado con roleos y motivos vegetales.
En el remate se observa un relieve con la figura del Padre Eterno y dos pequeños pináculos a los lados.
La forma y policromia permite situar esta pieza como una obra del siglo XVII, bastante bien conservada y anterior al templo.