La afortunada restauración de las pinturas de la sacristía, debidas al pincel de Francisco Martínez, realizada por SEDUE en 1993, permite apreciarlas con todas sus características pláticas. La obra depende de una estampa flamenca del siglo XVI: el esquema de la composición, el soldado romano que está a la izquierda de espaldas y que introduce en la composición, la figura central de Cristo en medio del cuadro rodeado por los judíos de perfiles grotescos, son características inconfundibles. Como inconfundible es el anacronismo con el que los pintores seguían usando las estampas dos siglos después. Algunos errores de dibujo se hacen evidentes, como las piernas del personaje arrodillado, o la falta de una buena referencia al volumen de la otra pierna de Cristo, que lo hace aparecer mutilado. Sin embargo, el efecto de luz está bien logrado, es impactante, debido a la intensa luminosidad del cuerpo de Cristo, envuelto en una capa de un rojo de alta saturación. De tal manera actúa como fuente de luz que inclusive llega a alterar al personaje arrodillado frente a él. El resto de la composición permanece en una media luz de colores cálidos.
Observaciones del bien mueble
Firmado en ángulo inferior derecho: "Francus Gutierrez". 0917
