Imagen que fue tan popular a lo largo de los siglos XIX y XX, que presenta a Jesucristo mostrando sobre su pecho el corazón coronado de espinas y, en este caso, los brazos extendidos con las llagas de las manos.
Esta devoción se difundió a partir de la aparición de Cristo a Santa Margarita María Alacoque en el siglo XVII pero esta iconografía es plenamente del siglo XIX.