A diferencia de otras imágenes de la misma iglesia, esta imagen de san Agustín conserva íntegro el estofado de su hábito negro. La talla de sus manos y una cara de prominentes pómulos le dan cierto vigoroso realismo. Lleva sobre su mano izquierda un libro y sobre éste un pequeño templo, atributos de fundador de orden, así como de escritor.