San Agustín

Descripción del bien mueble

Es posible que la vida de San Agustín sea una de las más conocidas y accesibles de la hagiografía cristiana y por eso no se considera necesario repetirla. Aquí se representa al santo ataviado con los atributos episcopales: la mitra en la cabeza, un fino roquete blanco con encaje en los puños y el ruedo, sobre el cual destaca una lujosa capa magna con bordados de flores. Los rasgos físicos son los que tradicionalmente representan a San Agustín, un hombre de mediana edad, con una gran barba oscura. En la mano izquierda sostiene una pluma, mientras la derecha sujeta un libro abierto. El santo se encuentra sentado en una importante silla de baqueta con tachonados de metal, frente a un escritorio cubierto con una carpeta roja, sobre el que se ve también un juego de escritorio: un tintero y un depósito de plumas. Es posible pensar que no es casual que sean tres plumas las que se ven en él, pues el misterio de la trinidad fue una de las grandes procupaciones agustinas. Detrás del santo se destaca un gran librero que ocupa todo el fondo de la pintura, con grandes libros en cuyos lomos se encuentran escritos los títulos en letra gótica, donde se pueden reconocer obras de San Ambrosio y las Epístolas a los Corintios, entre otras.