Poco se sabe de la vida y obra de san Anastasio. Fue un mártir carmelita a cuya vista huían los demonios y las enfermedades se sanan; ambas virtudes fueron señaladas en el antiguo Concilio de Nicea (siglo IV). En la Nueva España su fiesta se celebra el 22 de enero. Al parecer los restos del santo se conservaban en una urna de plata y cristal en la catedral de México (Castorena y Ursúa y Sahagún de Arévalo, Gacetas de México 1722-1742, V. I, p.6.). Los carmelitas le tuvieron particular devoción, y el 22 de enero de 1722, en su iglesia principal de la ciudad de México, le dedicaron "un pulido altar... enfrente de otro hermoso del señor San José" (Ibidem). En esta pintura el artista representó el momento en que el santo va a ser martirizado -por orden del César-. La escena se desarrolla al aire libre y en medio de un paisaje. El santo se encuentra arrodillado, con los brazos extendidos y abiertos. vistiendo hábito y con la cabeza tonsurada ligeramente inclinada hacia atrás. A su izquierda se encuentra de pie y semidesnudo el verdugo; su tipo es indígena, lleva bigote y empuña una daga o espada con la que está a punto de martirizar al santo. Existe una pintura con el mismo tema en la nave de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Puebla, Puebla, firmada por Juan Correa; en ésta es notable el parecido que guarda el verdugo con respecto al de la obra aquí catalogada. Cabe anotar que, por la falta de atributos. la calidad popular de la obra y la semejanza con la escena del martirio de San Epigmenio, se trate de este santo y no de San Anastasio.
Observaciones del bien mueble
La pintura se encuentra en la calle lateral derecha de la predela del Retablo de San Jerónimo (Cédula No. 25). Es del mismo autor que la pintura de la calle izquierda de la predela del mismo retablo (Cédula No. 27). Fue restaurada.
