El Franciscano Está De Pie, Vestido Con El Hábito De La Orden, El Cordón Y El Rosario Cuelgan De Su Cintura. En Una Mano Lleva Un Libro Y La Característica Azucena. Con El Otro Carga Al Niño. Lo Interesante De La Relación Entre Ambos Personajes Es Que Al Mismo Tiempo Están Muy Juntos Y Muy Separados. El Santo Mira Al Frente, Su Mirada Está Fija Y La Cabeza Firme, No Hay Expresión En El Rostro. El Niño, En Cambio Tiene Mucho Movimiento En El Cuerpo Y Una De Sus Manos Se Extiende Hasta Tocar El Rostro Impávido Del Santo.
El Conjunto, De Una Calidad Muy Menor, Cumple Con Los Fines Devocionales.