En el relieve que remata la calle lateral izquierda, se representó al buen ladrón, aquel que le dijo a Jesús, "Señor, acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino" y a quien aquel le contestó "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Está representado con el cuerpo desnudo, cubierto apenas con un paño y atado a la cruz. Su presencia es clara en el sentido iconológico de un altar de ánimas, pues es el mejor ejemplo de conversión y redención por medio de la fe.