Escultura para vestir de un hombre barbado que porta un hábito franciscano, presenta estigmas en las manos, se le ha identificado como San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana así como de la tradición de poner nacimientos. Sus atributos iconográficos son el hábito, el cordón, los cinco estigmas, un crucifico, una calavera, un ángel, entre otros, aunque en este caso no presenta atributos. San Francisco vivió en Italia, dentro de una familia adinerada, sin embargo, el renunció a la herencia de sus padre y acogió la pobreza. Hacia el final de su vida, estando en éxtasis en el monte Alvernia, mientras el hermano León está cerca de él, ajeno al prodigio, aparece un serafín de cuatro o seis alas, del que salen cinco rayos o líneas que llegan hasta las manos, los pies y el costado de Francisco para transmitir las llagas de Cristo. Muchas veces a la figura del serafín se le superpone la propia imagen de Cristo crucificado. Después el santo muere en la Porciúncula, rodeado de sus frailes, mientras los ángeles transportan su alma al cielo; algunas veces está también presente Santa Clara expresando su dolor.