En El Coro Del Templo De San Francisco Se Encuentra Esta Serie De Pinturas De Santos Fundadores De Órdenes Y Los Padres De La Iglesia Latina. Los Óleos Están Muy Oscurecidos, Tienen Embolsamientos, Roturas Y Demás. Sin Embargo, Y A Pesar De Estas Observaciones, Aún Es Posible Ver Que Se Trata De Una Serie De Pinturas De Un Gran Interés Artístico.
En El Caso De San Jerónimo, Está Representado Como Un Anciano, Lo Que Corresponde Con Su Iconografía Más Tradicional. Lo Que También Es Muy Tradicional Es La Posición De Su Cabeza Y Manos Pues La Inclinación Y El Gesto Responden A Oír El Sonido De La Trompeta Del Juicio Que Se Ve Asomar Por El Lateral Desde El Cielo. Este Atributo Sin Duda, Junto Con El León, Son Los Más Característicos De Este Santo, Se Relaciona Con La Frase Que Se Le Atribuye: "sea Que Coma, Sea Que Beba, Siempre Me Parece Que Resuena En Mis Oídos La Trompeta Que Dice: Levantáos, Muertos Y Venid A Juicio".
Sobre La Forma De Representarlo Se Queja Mucho El Célebre Tratadista Francisco Pacheco, Quien Asegura Que No Es Necesario Ponerlo Así De Viejo, Pero La Costumbre Está Tan Hecha Que Será Muy Difícil Modificarlo.
Otro Punto Interesante Es Que A Pesar De Que Aparece Vestido Como Cardenal, En Realidad Nunca Lo Fue, Pues Cuando Él Vivió, En El Siglo Iv No Existía Ese Cargo.
El Cuidado Con El Que Están Pintados El Pelo Y La Barba Así Como Las Arrugas De La Cara Y Las Manos Nos Enfrenta A Un Pintor Importante. Si La Serie Se Restaurara Podría Dar Algunas Sorpresas E Incluso Llevar Las Fechas Un Poco Más Atrás De Lo Que Actualmente Parece.
