San Gregorio Magno es uno de los cuatro doctores de la Iglesia, cuya representación es conocida en una iconografía cercana a la de este cuadro, donde el santo aparece frente a un escritorio, con una pluma en la mano apoyada sobre un libro donde evidentemente está escribiendo. Su rostro se levanta y se inclina ligeramente y parece estar oyendo a alquien a quien no vemos. En algunas oportunidades es por esto que se representa a la paloma del Espíritu Santo, pues el santo escribía bajo su inspiración, bajo la que parece el estar en este momento. Sobre el escritorio, cubierto con una carpeta verde, se ven un tintero y un depósito de arena secante. Viste una muceta oscura y lleva camauro típico de su dignidad de pontífice. Las malas condiciones de conservación del cuadro impiden hacer más comentarios sobre la obra.