Esta escultura tiene el título de san Pedro Nolasco, el fundador de los mercedarios, a quien generalmente se representa con hábito blanco y la cruz del malta en el pecho. Nada más lejos de esta escultura a quien yo identifico como san Ignacio de Loyola, pues está vestido como jesuita y a pesar de la falta de atributos, mantiene cierta coherencia con la representación tradicional del santo: mediana edad, poco pelo, barba y bigote, que quedó asentada desde la mascarilla mortuoria. Pero además, el gesto de la mano derecha, puede indicar que llevaba el estandarte de la Compañía de Jesús, como su fundador. Alguien decidió erróneamente la identificación del cartel. La talla es buena, guarda relación estilística con las demás y el dorado todavía es importante a pesar de los problemas evidentes de conservación.