Busto de un personaje jesuita identificado como San Ignacio de Loyola; se observa un hombre con barba que porta un bonete sacerdotal, viste sotana negra. Fundador de la Compañía de Jesús. Íñigo López de Recalde nació en el castillo de Loyola, España, hacia el año 1491. De joven sirvió al Duque de Nájera y en 1521 participó en la defensa de Pamplona en la que fue herido en una pierna. Convaleciente, leyó varios libros sobre la vida de Cristo y los santos y decidió cambiar su vida y fundar un instituto. Se retiró a Manresa, viajó luego a Palestina y finalmente se dedicó a estudiar en las universidades de Alcalá, de Salamanca y en la Sorbona de París. En esta ciudad hizo votos de dedicarse a Dios con varios compañeros. Pasó a Venecia, y luego a Roma en donde fue ordenado sacerdote en 1538. Constituyó la Compañía de Jesús para la que escribió las Constituciones y en la que fungió como Superior General. De las tres virtudes de pobreza, castidad y obediencia, la última ocupaba para él el rango superior. Su apostolado en la Iglesia fue fecundo y atinado como se ve en sus Ejercicios Espirituales, obra de valor teológico profundo y apta para la educación espiritual de los fieles. Murió en Roma en el año 1556. Fue canonizado por el Papa Gregorio XV en 1622. Era hombre de estatura mediana y su fisonomía es conocida, pues sobre su mascarilla funeraria pintaron retratos póstumos el italiano Jacopino del Ponte y el español Alonso Sánchez Coello. En ellos aparece bastante calvo, con facciones agudas y barba recortada y apuntada. Viste el hábito jesuítico: sotana negra con ceñidor y manteo, acaso bonete en la cabeza. Entre sus atributos se cuentan la cruz patriarcal de los fundadores, el corazón inflamado, el libro de las Constituciones o el de los Ejercicios, la divisa Ad maiorem Dei gloriam (Para la mayor gloria de Dios) abreviada en las siglas A.M.D.G. y el monograma de Jesús, IHS, con tres clavos encima de la H. La vida y los milagros de San Ignacio dan tema al arte para numerosas escenas, entre las que recordamos las siguientes: Ignacio como soldado, cayendo herido junto a un cañón en el sitio de Pamplona, peregrino en Montserrat, meditando en la Santa Cueva de Manresa, su profesión religiosa en Montemarte, con una llama que aparece sobre él mientras celebra misa, fundando la Compañía de Jesús.
