Esta representación del padre de la Virgen nos muestra la figura de un hombre de larga barba blanca y calvo, como se lo representa generalmente de acuerdo a su avanzada edad. Sin embargo, el rostro muestra cierta frescura que corresponde a un hombre mucho más joven de lo que pretendió representar el imaginero. Tiene un ligero movimiento de pies en actitud de caminar, enfatizado por la rodilla doblada, mientras que alza su mirada al cielo y se lleva la mano derecha al pecho.