Se trata de la representación del padre de María, según los Evangelios apócrifos, como un hombre de mediana edad, contrario a lo que cuenta la tradición, ya que por lo general se le presenta como anciano; va barbado de cabello obscuro y ataviado con túnica talar con decoración fitomorfa en blanco, rojo, gris y dorado. Carece de elementos iconográficos que nos permitan identificarlo, no obstante, este tipo de imágenes, por lo general hacen pareja con santa Ana. El nicho en el que se encuentra lleva cortinaje recogido.