Escultura de San José, a quien está dedicado el retablo del transepto derecho.
Es una figura estofada y policromada, con el Niño en brazos y un cayado. Está colocado en la entrecalle central del segundo cuerpo, enmarcado por un dosel que simula un cortinaje orlado, sostenido por dos ángeles que se apoyan en pequeñísimas peanas.